
18 de septiembre de 2007
Viajero
Soy un viajero de piel tersa, escamada y bronceada. Mido no mucho más que vos, y sino, te llego más o menos al hombro. Visto como alguien que es viajero, ¿hace falta que me describa?. Suelo mantenerme el pelo corto, no es de buen augurio si, haciendo dedo bajo la lluvia no te suben por desalineado, suelen pensar mucho en esto los conductores y/o acompañantes, "ese es un chorro, si lo subís nos afana" dicen. Y vos y tu casi igual que vos mochila se quedan bajo una tormenta indigna, adsorbiendo y absorbiendo el agua congelada que cae desde 100 metros, gotas que duelen como las pequeñas piedritas que son. Volviendo a quien y que soy (sabiendo que intrínsecamente nunca pueda responder a esas preguntas), mantengo también una cuasibarba, de pelos muy dispersos pero no menos negros que los tuyos, que intento emprolijar cada vez que recuerdo, pese a eso suelo hacerlo seguido. Mis ojos son verdes, motivo, aunque no soy de entrar en detalles, de muchas y unas cuantas más conquistas, femeninas, obviamente. Recuerdo aquel, para mi, raro episodio: frecuentaba un pequeño bar barato que estaba a dos cuadras del camping en el que yo tenía mis pertenencias indispensables, charlaba con y colega de oficio que acampaba tres carpas hacia el este de la mía y nos habíamos hecho conocidos mientras ambos intentábamos hacer fuego para cocinar con ramitas de pino y ninguno lo conseguía, fue hasta algo gracioso porque luego de estar quince minutos frotando maderitas con las manos congeladas nos miramos al unísono uno a otro con cara de decepción y nos sonreímos, "¿le pedimos fuego a alguien? le grité desde mi carpa, y el Morsa me contestó "no sería mala idea", y en vez de pedir, nos compramos un encendedor a medias; retomo, mientras charlaba con el Morsa una chica de tu edad aproximadamente, con un pelo morocho tan oscuro que la noche aunque cierre los ojos jamás podrá conocerlo, también de ojos verdes y brillantes, si, linda, sin decirme nada se puso enfrente mío y luego de mirar mi cara detalladamente empezó a besarme el cuello, y lo hizo hasta llegar a mi boca, beso que se prolongó por horas en el oasis de nylon que suele cubrirme de toda amenaza nocturna.
Sobre mi profesión poco puedo decir, pero mucho más que vos seguro, porque yo soy lo que vos algún día quisiste o quiere o querrás ser, si alguien ha conseguido libertad en su puro significado, ese he sido yo, mis actividades se prolongan durante todo el día, viajar y hacerse a la vera del camino, desplegándose para mis ojos y jamás para los tuyos los paisajes más diversos, tal vez hasta, si el oficio no te ha comido el corazón y los nervios, se te cae una lágrima a las orillas del lago Iñil, o sus aguas mojan tus manos completamente ajadas por el frío, y secas por la escasa humedad ambiental y tu cuerpo tiembla casi perpetuamente apoderándose de tus hombros que se sacuden exaltados y llega esa sensación de acumulacíon de tranquilidad sobre el cuello y la espalda. Mis oficios fueron muchos, he repartido diarios con una sonrisa temprano a la mañana, he pintado los juegos para chicos chicos de varias plazas en La Candelaria, atendí por varias, tres o cuatro, semanas una librería de libros usados y polvorientos, arreglaba bicicletas para una gran bicicletería que vendía todo de la marca Chicago, habiendo cien marcas este vendía solo Chicago, y encima de que hacía más plata que cualquier bicicletería me hacía laburar por dos mangos, un hijo de puta como los que te encontrás en todos lados el tipo. Tal vez no he aprendido luego de algunos años a someter gente y explotarlos quitando toda oportunidad de cambio para ocupar el lugar que ocupás y tener el traje italiano negro que luces, con el que te paseas delante de tus súbditos que miran tu pavoneo como si fueras un extraterrestre, pero quieren ser como vos, y por eso se hijo de putean con todos sus compañeros de laburo. El día climática y sentimentalmente ha resultado agradable, luego de zambullirse la tarde, el atardecer me encuentra sentado sobre esta piedra que es una montaña, veo acercarse una luz, no, son dos, es un auto.

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario