Hoy quiero sentir que tu llegada es serena,
que si traes al viento de la mano
la hojas secas sabrán volar y
ya no solo caer
y si al venir la primavera se apresura,
dulce dama de humo
sabrás acunar las flores en su abrir
de ojos.
Hoy quiero saber que tu piel se ha
hecho noche,
para ver las estrellas en tus pupilas
y el vacío que nos acoje,
hoy debo ser algo más que el pánico
de la forma silenciosa,
no de las presas que parieron
sino del crimen sin caramelos,
no de las patas de la paloma
sino del cuero del cocodrilo.
Hoy además de lamer los secretos
de tus pesadillas
quiero divagar por los rincones cálidos
de tu cuerpo sensible,
quiero que también nuestro amigo “el fin”
sienta el veneno agrio en la garganta,
sienta que entre ritos y discursos hay eso
verde oscuro que se lleva las uñas
de nuestros bífidos momentos.