Por tres

Días en Lincoln, llanos, soberbiamente fríos y desviados. De esta corta estadía cayeron al renglón estos tres poemitas que intento mostrarles. Trilogía dirían los hollywoodenses ! jaja.

Garua gris

En el desnudo invierno
gemidos de la calle entreabierta,
las sombras grises son médanos
o serán refugios de insectos y
hombres, de heterótrofos e
inconsciencia.
Y como el frío enroscado en la
corteza de los arboles mi
cintura amorfa sonroja una
cadena, sus eslabones de fuego
y pisada de viento.
Miro el cristal y él ve
mas allá,
huelo las flores en las manos
puras de la feminidad,
he dicho que muerte y
vida son vida.
Hacia el blanco espejo la
cruda luz,
hacia el chillido de los hornos
la cruda luz.
Así es sepia la imagen en letras,
y se distraen tupidos rugidos,
y soy cleptómano como los arboles,
y un ser inerte reune miradas.


Calles y epílogos

Suelen dividirnos los motores
el rumbo
alguien va sabiendo que nadie
subleva su sino,
hay fríos ríos o congelados hombros,
un místico sonido empapa mis
tobillos,
ajustados o no...
Soy solo un color, ¡ soy
solo un color!.
Y detrás, bajo ladrillos ocultos,
las jaulas se rinden,
un hombre de leña y ramas
sopla el viento, el al viento.
La vida sumisa, cubierta de acero
el ala que encubre; ella disiente,
¿seré su enfermedad?.
Mantiene la inertidad el candado,
si fuera la historia la historia digerida,
si el barro grotesco solo barro entendiese,
si yo no,
si yo si.


Motivos

Este recuerdo absorto no es tinta
mía,
la visión del terrón no es sueño
mio,
el poema sobre tu piel mojada no es letra
mía,
la palma que amansa fieras no son cayos
mios,
el árbol que nutre mi pecho no es madera
mía,
las sangres rancias puliendo huesos no es herida
mía,
alondras entumecidas no serás incluso deseos
mios,
ni la muerte ni la vida de mi carne es carne
mía,
el tiritar del ave hiemal no es silencio
mio,
ni el tiempo ni las agujas, ni los impulsos
ni la boca añeja, ni el estertor convidado
ni mi madre ni mi padre son secretos
mios,
solo un ideal hiriente creo erguir.