28 de junio de 2007

Peter Beard


¡Basta de encierro!, lo dije tan hacia adentro que decidí salir. Llené de libritos y cuadernos y lapices el bolso, Subte Linea B y depto de Martín Scarpelli (personaje diurno). Entre mates y distracciones obvias de de dos personas que justifican una juntada abriendo terribles manuales y enciclopedias a sabiendas de la inutilidad de la acción. El hecho es que luego de una comidita fuimos a la casa de un amigo italiano de Martín que por razones equis no estaba y le había dejado su depto por un mes. Fue en esa pequeña habitación donde luego de molestar a todo un edificio entonando choques de cuerdas con dedos y superposiciones de gritos sin forma abrí una revista Vogue, por el solo hecho de que era el único objeto atractivo al alcance de mi mano. Martín practicamente dormido nunca se enteró del episodio (ahora si mono). Dentro de la revista había una nota a un fotógrafo americano llamado Peter Beard. Ojeando decidí arrancar las hojas que me interesaban (unas cuantas por cierto). Sus producciones son una puñalada, ingresan en nosotros haciendo el daño que implica la cruda realidad y al pasar deja esa herida sin rastros del asesino, luego la cicatriz dibuja el recuerdo de cada penetrante imagen ya grabada en nuestras retinas. La de arriba es una de sus foto producciones, y les dejo el link de la página del propio Beard.

PD: Tano disculpame.

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